haciaelasia

He aquí, el lugar para contar nuestra aventura de viaje por Asia...

Friday, April 06, 2007

pequeña historia india

para Jose y Pablo.






















Cuando acompaño a la abuela Malika al templo, me levanto muy temprano; y cuando no, me quedo dando vueltas en la cama, pensando cosas, hasta que mamá despierta a mi hermana, desayunamos, y nos vamos juntos a la escuela. Preferimos ir por el camino largo, aunque tengamos que pasar por el templo, donde a esa hora siempre hay mucha gente. Yo aprovecho de darle algunas paisas de mis ahorros al shadu Papu. Mi papá me aseguró más de una vez que el shadu Papu nos cuidaba; además, me gusta darle algo de mi dinero, porque siempre nos habla cosas bonitas.

Todos los niños y niñas prefieren el camino corto a la escuela. Ellos no temen a las vacas como mi hermana. Reconozco que a mi también me asustan un poco, pero desde que papá no está, tengo que parecer valiente cuando voy con ella. Desde que papá no está han cambiado muchas cosas. Mi abuela Malika me dijo que no tenía que estar triste, por lo del samsara. No entendí muy bien aquello; de todos modos, he intentado ser obediente con mi abuela Malika, y no me he puesto triste, para que papá esté bien, donde sea que esté.

La casa de la familia de mi amigo Pawan está por el camino corto a la escuela. Esa es la razón por la cual hay tantas vacas dando vueltas por las calles. Su abuelo tiene muchas; más de diez, a las que hay que sumar las vacas de sus vecinos. Aunque mi abuela Malika diga que son animales sagrados y buenos, yo no confío en las vacas porque comen de la basura, hasta cartones y plásticos. También las he visto pelear, furiosas, golpeándose con sus cachos, o darle cabezazos a algunos niños, cuando corren cerca de ellas. Cuando íbamos con papá por el camino corto a la escuela jamás pensé estas cosas. Yo creo que es porque íbamos medio dormidos en su bicicleta, (mi hermana sentada atrás y yo adelante), que nunca tuvimos problemas con las vacas. Yo no se que piensen los adultos de esto, pero a mi una vaca enfurecida, me produce tanto miedo como Brahma o cualquier otro dios enfurecido.

Si la bicicleta de papá fuera mas pequeña, podríamos usarla para ir a la escuela. Eso nos ahorraría el camino largo; o lo que es mejor, el camino largo se nos haría corto. Mamá la quería vender, dijo que sería más útil el dinero que le dieran por ella, que tenerla abandonada. No se si fue correcto, pero yo le respondí que a mi me gustaría usarla cuando pueda alcanzar los pedales. Por algo mi papá me enseñó sólo a mi a ponerle la cadena cuando se sale, a centrarle el manubrio, y revisarle el aire a las ruedas.

Mi amigo Pawan iba a verme casi todas las tardes a casa y jugábamos al críquet. El tiene pelota y bate. El sabe que a mi no me gusta tanto como a él, pero nos entreteníamos mucho. Mi amigo Pawan es el mejor bateador de críquet que conozco. Yo tengo confianza en que él sea el próximo Rahul Dravid, capitán de la selección India; pero su padre dice que tiene que estudiar. Nosotros pensamos que la única manera de ser un buen jugador es jugando, jugando, jugando; y si dedica tiempo a estudiar, le quedará menos tiempo para practicar su deporte. Pero todos los adultos que conozco dicen que estudiar es mas importante que andar lanzando y golpeando pelotas con un palo. Tendrán razón, pero eso no era precisamenete lo que mi amigo Pawan y yo hacíamos hasta que oscurecía. Yo no creo que Rahul Dravid haya sido muy estudioso, porque más importante que estudiar y jugar, es trabajar. Eso lo entendí el dia que mamá me dijo que si quería usar la bicicleta de papá, tenía que llevar dinero a casa. Así que comencé a trabajar por las tardes, y cambié el críquet por otro juego: buscar clientes para el negocio de mi tío Rabi, que me paga 5 rupis diarias y si vendo algo me da 9. Vendemos ropa muy bonita que él mismo hace. A mi me hizo este pantalón y me lo dio para mi cumpleños número 8. Eso fue hace 2 años, aquel mismo día, papá me regalo estos zapatos.

Como mi hermana dijo que ella también quiere trabajar para ayudarme a conseguir la bicicleta, mi abuela la envía conmigo al negocio del tío Rabi. La verdad es que a mi no me gusta mucho que mi hermana me acompañe, porque no sabe hablar ingés, y siempre me interrumpe cuando hablo con turistas; me pide que le traduzca al hindi lo que hablamos.
Mientras están los clientes en la tienda a mi no me gusta distraerme con nada, asi que espero que compren algo o se vayan, para explicarle a mi hermana la conversación que tuvimos, yo no hablo muy bien inglés, pero se lo suficiente como para saludar y vender... También me se presentar: hello, my name es Ashok. Llevo el mismo nombre de mi abuelo. También se decir mi edad, contar todos los números (yo creo que hasta el infinito), y se como se dice pantalón, falda, camisa; en realidad se decir en inglés, todas las cosas que están en la tienda de mi tio Rabi.

De todas las personas que conozco, mi tío Rabi es el que mejor habla inglés. Lo poco que se me lo ha enseñando él. Su esposa también lo habla muy bien. Toda mi familia se dio cuenta de eso el día que acompañamos a mi tío Rabi a conocerla para que se casaran, en la casa de sus padres, en otro pueblo. Esa tarde, mi abuela Malika no hizo más que elogiar a mi tío Rabi y agradecer la recepción que había preparado la madre de la que ahora es mi tía Ganga. Que hablara inglés, así como la buena impresión que causó en mi abuelo y en toda mi familia, influyó para que mi tío Rabi decidiera casarse con ella. Desde ese día a mi tío Rabi le comenzaron a regalar muchas cosas: trajes elegantes, una moto pequeña y hasta un teléfono muy moderno, con el que juego a salvar serpientes cuando hay pocos turistas que entren a la tienda.
En realidad, desde ese día, todos hemos recibido regalos, hasta mamá. A mi hermana y a mi nos dieron dinero, pero se lo entregaron a mi abuela Malika, y ella nos compró unos trajes muy elegantes con los que nos vistieron el día del matrimonio.

Se casaron hace tres meses , y para ese día trajeron un caballo blanco muy bonito , en el que mi tío Rabi paseó por el pueblo antes de la ceremonia. Aquel día todos estaban nerviosos, yo también, porque acompañé a mi tío arriba del caballo, y me vieron muchos de los niños y niñas de la escuela. Algunos turistas nos fotografiaron , pero la mejor foto que he visto de ese día es la que me regaló mi tía Ganga, estamos todos y nos vemos felices: mis abuelos, papá, mamá, mi hermana; falto yo, porque yo tomé la foto, así que pienso que de todos modos estoy. No me veo, pero estoy, como papá desde hace un par de semanas.

Mi tío Rabi quiso mucho a mi papá porque dice que siempre cuidó de nosotros y de su hermana, que es mi madre. Yo también querré mucho al hombre que se case con mi hermana si la cuida y trata bien. Mi tío Rabi va a ser padre, y me dijo que si era varón lo llamaría Manesh, como mi padre. Yo no se si esto tenga que ver algo con lo del samsara que habla mi abuela Malika, pero si mi primo se llama como mi padre, creo que lo voy a querer más.

Mi amigo Pawuan quiere ser jugador de criquet cuando sea grande. Yo no estoy muy seguro qué quiero ser. Por ahora pienso en qué ser cuando niño de diez años...

Thursday, March 29, 2007

ultima estacion, Goa, final de trayecto.

Recordamos cuando en los primeros días de viaje pensábamos tener "todo el tiempo del mundo". Ahora es cuando acaba todo ese tiempo. Nuestra semana de las últimas veces comenzó con un viaje en5 buses: Gokarna-Karwar. Karwar-Margao. Margao-Panaji. Panaji-Mapusa. Mapusa-Anjuna. Vaya forma de despedirnos del transporte interurbano indio. Desde Gokarna no hay otra manera de llegar a Anjuna. Parecía una burla, entre pueblo y pueblo bajarse de un autobus para subirse a otro... así todo el dia para instalarnos en la que sería nuestra última casa habitacion en India...

Anjuna es famosa por un gran mercado, donde gastamos nuestras últimas rupias... Lo demás fue últimas horas de playa, últimos tandooris, un paseo por la vieja Goa, que no es más que 4 o 5 iglesias católicas, algunas de ellas muy importantes en la historia de la avanzada asiática de esa religión. La iglesia de Bom Jesus, es un ejemplo, ahí veneran el cuerpo de San Francisco Javier; prócer, misionero y santo. No mucho más que viejas iglesias de las viejas historias portuguesas de la religión de la cruz en India, no mucho más que eso la Vieja Goa. El resto de Goa no mucho más que playas y paisaje rural pernoctado por europeos cool con afán de trance...

Nosotros comenzamos a volver, últimas horas de "todo el tiempo del mundo". Rumbo al norte, hacia Mumbay, específicamente al aeropuerto internacional de Santa Cruz, donde pasaremos el día esperando el avión hacia occidente, el fin de todo nuestro tiempo del mundo...

Thursday, March 22, 2007

mar de fondo





























Otro tren nocturno: Kochi-Kumta, y desde ahi, una hora en autobus hacia Gokarna. Al norte por la costa oeste, sur de Goa, el precioso estado de Karnataka.

Los dias comienzan cerca de las 8 de la mañana: correr por la orilla de la playa antes del desayuno. Mar y ejercicios sobre la arena. Una bebida a media tarde, más playa, o siesta, o lectura en hamaca . Revivimos viejos juegos: el bachillerato, el ahorcado, la dama. Repasamos el repertorio de los 80, un paseo por el pueblo: compras de frutas, sodokus, chapuzones antes y después de cada hora y antes de la cena, miramos el sol caer justo a la puerta de nuestra cabaña. Por la noche continuar las conversaciones holgazanas y juegos, lecturas, planes; todas las alternativas.

Días de culto al ocio con rumor de mar de fondo. Tiempo para mirar cangrejos, gusanos o contar olas, mientras las horas del dia; lánguidamente, tambien desaparecen en la orilla de la playa.
Cada 6 o 7 olas viene una que recoge mar adentro la espuma de las anteriores; y vuelve a empezar un cierto ciclo. Sin embargo, hay variaciones mínimas entre una ola y otra. Parecen iguales, pero no, como nuestros días, alos que les preguntamos: ¿sumergirnos de frente o de espalda?, ¿media hora antes o después de la hamaca?, ¿leche con plátano o jugo de piña?
...ahí nuestras inquietudes, todo depende de la regalada gana, del calor que haga, o la canción que tarareamos por el dia, ("every day is like sunday..." de Morrisey, va convirtiéndose en un himno). Un pájaro pasa volando y modifica el paisaje.

De ningún otro modo se descansa de los trenes y autobuses, del acoso callejero, de nuestras mochilas cada vez mas livianas pero igual de llenas (¿raro no?) . Y de ningún otro modo agobia menos la idea del retorno, que ya nos ronda como única idea siniestra por nuestras cabezas, que tienen mucho, mucho, mucho tiempo para pensar... nos dormimos cansados de esta rutina increiblemente agotadora.
Al otro dia vuelta a empezar; como todo, como las olas...
(Y aparte de un par de dictadores menos, que las guerras siguen sus cursos, que al Scorsesse le dieron el oscar retroactivo por El Padrino; ¿o hizo una película mejor?, algo asi... ¿Nada más ha pasado en ese mundo, allá al otro lado?. Desde aquí parece exactamente eso: no nos perdemos nada)

Wednesday, March 07, 2007

rumbo abajo por arriba...






































Volamos al sur via Indian Airlines. Mumbai - Kochi, ciudad dividida en zona de tierra firme y zona de islas. Centro del estado de Kerala.
El sur es otra India, que conecta más con lo que somos: seres del sur del mundo. El sur es paisajes rodeados de cocoteros, playas, frutas e iglesias que confirman la ascendencia portuguesa de esta zona. Entre los dioses hindúes, imágenes de la virgen Maria, el sagrado corazón de Jesús, o San Francisco Javier. Es la presencia cristiana en los altares de las casas y la ausencia de vacas por las calles, es lo primero que nos llama la atencion de este sur, de esta otra India, la de abajo.
En la orilla del mar se suceden redes de pesca china: antiguo sistema de pesca que detiene el tiempo en remotos siglos cuando se observa. Inmensas redes colocadas en un armatoste de madera que es controlado por 4 o 5 pescadores, que la sumergen primero y luego levantan, para apreciar la buena o mala pesca, la buena o mala suerte. Después, puedes elegir el pescado para que lo frían delante de tus ojos. Eso es lo turístico y lo caro. Lo turístico y barato es ir a comerlo a unas cocinas algunos metros mas lejos de la orilla del mar. Ahi te lo comes sin necesidad de señalarlo con el dedo antes de saborearlo.

Por la noche aplaudimos de pie una presentacion de Katakali; teatro tradicional indio, que representa pasajes de leyendas hindúes, y que se caracteriza por la gestualidad facial y corporal de los actores, sus sofisticados maquillajes y atuendos, y sus coreografias que parecen arte marcial... Maravilloso.

De Kochi a Varkala son 3 horas en un tren, que muestra por las ventanas, paisajes de mar abierto entre bosques interminables de palmeras. Varkala es un acantilado que desde su cumbre, puede apreciarse lo extensa que es la playa que lo baña. La cumbre del acantilado también es un paseo que repetimos 2 o más veces cada día: tiendas de artesania, ropa playera, restaurantes con tentaciones marinas en la carta, y a la vista.

Así, 3 dias puestos al sol a secarnos el mar, una y otra vez, desayunando frente a la panorámica del acantilado: monotonia obsesa de la ola contra la roca; una palmera suelta un coco, un yambé que suena para que lo oigas, y lo compres, folletos informativos de múltiples ofertas: clases de yoga, terapias ayurvédicas, masajes con aceites milagrosos; otros relaxes que conectan cuerpo y mente; exterior con interior; el alma, eso dicen.

El fin de este sur fue embarcarnos desde Allepey hasta Kottayan por serpenteantes aguas entre los alucinantes parajes de los backwater: remansos o brazos de mar por los que puedes ver hombres que pescan sus almuerzos en las puertas de sus casas, otros que van o vienen en canoa, quizás de la compra de la semana o la recoleccion de otros víveres; lujosas casas flotantes para turistas, mujeres que lavan ropas, niños que juegan entre nenúfares revoloteados por exóticas aves o insectos... como quien se sube a un bus interurbano y recorre pueblos, durante 3 horas, fuimos por calles de aguas, canales con paradas en pequeños muelles, donde pasajeros descendían o subian al vehículo. Plácida rutina vista con nuestros ojos de día único.






Tuesday, February 27, 2007

La ciudad Bollywood































La gran locación se extiende más allá de sus propios límites. Toma uno/ exterior - dia: poblaciones de chabolas nos reciben a la entrada de la que fue Bombay, porque desde casi 20 años, el partido nacionalista Siv Sena administra la capital del estado Maharastra ( como buenos nacionalistas, "Maharastra para los maharastras", ese es su lema) . Han cambiado el nombre de la más cosmopólita ciudad India por su traducción a su lengua nativa, el marati. Desde entonces donde el guión ponga Bombay, lease Mumbai. No por nada lucen letreros con ese nombre en plena puerta de India, como recordando al paseante el presente de esta gran urbe, asociada a ideas de congestión, muchedumbre, suciedad, ruido. Sin embargo, incluso contaminado, el mar lo cambia todo.
Toma 2/ exterior - día: Isla elefanta. En ferry cruzamos hacia esta isla, famosa por sus cuevas del siglo 4, con representaciones de dioses hindúes esculpidos en la piedra. Ahí estaban otra vez, como esperándonos; Siva, Ganesh y toda la panda; casándose, matando demonios, tomando formas de distintos animales según la encarnación respectiva. Ahí estaba también la oscuridad de un arte rupreste, la piedra milenaria, testimonio del hombre crédulo dibujando deidades para nuestros ojos de 2 mil años después.
Toma 3/exterior - día: Playa de Chowpatty. Al caer la tarde se reunen familias indias a degustar choclos asados y otros tentempies playeros, mientras los niños juguetean en la orilla del mar plástico y enlodado. Era víspera de Holy, que quiere decir fiesta. Nos vimos rodeados de celebraciones carnavalescas en las que indios de todas las edades se vuelven "cabros chicos" y se arrojan agua y tierra de colores. Los personajes protagónicos se confunden en la multitud secundaria de una barriada que preparaba piras para iniciar aquella jornada de jolgorio.
Toma 4/ exterior - noche: Esplendorosos neones con publicidades de reconocidas marcas internacionales se disputan la iluminacion con la luna. Enormes edificios, el decorado perfecto; telón de fondo del malecón enamorado de parejas manifestando públicamente sus afectos. En otra parte del mundo un acto normal. En esta India casi una interpretacion teatral.
Toma 5/ exterior - día: Paseo por la puerta de India. Otro punto de reunión de actores y ciudadanos que se fotografían frente al magno monumento que recuerda la llegada de británicos imperiales. Sonríen con el gesto sumiso que les heredaron. Caminan por la Gandhi road u otros nombres de calles que recuerdan esta India unificada y nueva. Frente a la torre del reloj. Catedrales. Estación de trenes. Salas de cines con ofertas made in casa, que se impone a la industria foránea gringa; jugando el juego del mercado que tanto duele en las chabolas del extraradio; actores y actrices tan famosos como cualquier jugador de cricket o Beckham, protagonizando afiches promocionales ... Sobre los créditos finales, un paseo a la hora que el sol se levanta por el mercado de Colaba. Nos devuelve a la realidad de la India que no se filma. Infaltables cuervos que reemplazan a gaviotas sobre el mar que encandila.
Última imagen de la ciudad Bollywood.






Ciudades templadas















































































En pleno Rajastán, entre fuertes que se empinan sobre casas havelis; y templos y más templos, el sol se levanta temprano a templar ciudades matizadas con el aire desértico del gran Thar. Cada una maravilla a su manera, desde cuando amanece y comienza el ajetreo comercial y religioso, en sus estrechas callejuelas- mercadillos, hasta el crepúsculo y los colores respectivos de cada ciudad templada, desaparecen en lo nocturno: El brahamánico azul de Jodhpur, o el dorado barroso de Jaisalmer, desde donde nos internamos en el desierto; montados sobre Sonia y Michael Jackson, los camellos con los que convivimos 3 días y dos noches, en los que respiramos mirando a lontananza desde la altura del animal con cara de viejo triste; y nos bebimos las estrellas... Y el marfil de Udaipur que inspira cierto recuerdo de la europa burguesa, con el infaltable lago sagrado serpenteando entre palacetes; templos y más templos. Ciudades templadas del sol alto del rajastán inolvidable.



DESDE LA ALTURA ANIMAL CON CARA DE VIEJO TRISTE.

Visto fijamente,
un camello detenido puede hacernos pasar sus jorobas
como partes de las dunas del paisaje.

El paisaje referido
es aquel que se repite en si mismo, tosco y maravilloso,
hostil y maravilloso: sosiego arénido
en el que el camello camina como una araña por su tela, displicente.

Visto fijamente, un desierto es muy distinto de otro,
como las soledades.

Thursday, February 15, 2007

pushkar
















Nos dejamos atrapar por Pushkar. No pudo ser de otra manera, cuando en menos de 10 minutos conocimos a una pareja chileno-italiana, Mauricio y Federica; y otra cien por ciento chilensis, Juan y Oriana. Los primeros tienen una bancarela (puesto en ferias itinerantes), y recorren en su caravana el verano europeo buscando eventos playeros para instalarse y vender en euros la mercaderia que compran en rupias, en este pueblo barato donde los hay; y al por mayor, para no creerlo.
Es fácil entusiasmarse con un negocio rodeado de trotamundos y profesionales del regateo. Del dicho al hecho pasaron 8 dias, en los que sólo conocimos de Pushkar las tiendas de su mercado; buscando, probándonos y comprando; pensándonos vendedores de faldas, pashminas, camisetas, carteras... 20 kilos aproximados de productos made in India que enviamos por mar, y que en tres meses deberían llegar a Chile para penetrar el mercado de nuestros amigos y sus amigos. Una semana que nos mantuvimos ocupados, jugando a los comerciantes; entretenido juego que nos sacó un poco del estrepitoso viaje, la dosis perfecta de preocupación que necesitábamos en un pueblo en temporada de matrimonios. Cada día desfilaban novios entre familiares, montados en caballos principescos; absolutos protagonistas públicos de las ceremonias. Pushkar sapilcado de templos, de estricto vegetarianismo y ley seca, un pueblo pequeño y encantador, con un lago sagrado rodeado de históricos gaths. Según la mitología hindú, en uno de ellos se bañó ni más ni menos que el mismo Brahma, y en otro, Visnu se apareció como jabalí. La historia contemporánea cuenta que las cenizas de Gandhi se esparcieron en el gath que desde entonces lleva su nombre. Bello Pushkar, la rutina que creamos en aquellos doce días, nos esbozó un cierto sentido de pertenencia, como no lo habíamos tenido hace meses, amigos del viaje que se quedarán para siempre, con los que disfrutamos y compartimos el famoso bang, risas, experiencias, comidas, negocios; en fin, personas que se cruzan en el camino viajero, y que comienzan a ser parte del viaje mayor, la vida.

Tuesday, February 13, 2007

Jaipur, no creas en Krishnas







Fue por las ventanas del primer autobús con asientos reclinables y espacio para estirar piernas sentadas, que divisamos los primeros camellos en tareas agrícolas, protagonistas de un paisaje árido, teñido por los llamativos tonos de los colores de los vestidos y atuendos femeninos, o los turbantes de los hombres. ¡Camellos como pedros por sus casas!; entrábamos a Jaipur, capital del Rajastán, antiguo reino Rajputa, famoso por sus extravagantes Marahás y más de mil y una noche.

Nos bajamos preparados para el acoso de los caza turistas, al que ya estamos más que acostumbrados, incluso planeamos tácticas y estrategias para evitarlos o evadirlos. Tomamos un "rickshaw de prepago" (tarifa fija, nos ahorramos el ragateo; y suponíamos más confiables), que nos llevó al hostal que le indicamos y que encontramos caro para lo que ofrecía. Entonces, el conductor nos llevo a otro, de unos amigos de él, que resultó ser un hostal de dos habitaciones, administrado por una mujer y su hija adolescente, muy amables.

El conductor se habia presentado como Krishna, dijo que tenía una amiga española en Jaipur, María. También dijo que era estudiante de pintura, que trabajaba de conductoer para pagar esos estudios, que era casado y tenia una hija... esa noche nos invitó a una fiesta tradicional hindú: un puja por Visnu, donde podríamos conocer a María.

Pero esa noche no hubo puja ni Maria alguna, y nuestro amigo desapareció muy temprano. No lo pasamos mal. Estuvimos en la casa de un personaje absurdamente millonario. Nos aseguró tener negocios en distintas capitales de Europa; nos enseñó fotos, nos habló de sus viajes, de sus gustos, de su afición al polo; de su satisfecho cansancio por haber firmado justamente aquella tarde, un negocio de millones de euros. Buen actor el hombre, pero su traje común lo delataba, y su departamento ornamentado con mal gusto. La panda de serviles ruines que lo rodeaban, también lo delataban. Terminamos en una discoteca conversando, invitados a cerveza y envueltos en un exagerado cariño hacia nosotros; nos dejaron en la puerta de nuestro hostal a las 5 de la madrugada.

A pesar de saber que nos mentía, le pedimos al mismo Krishna que nos llevara en su rickshaw al casco antiguo, para evitar el agobio de los vendedores. Y a pesar de él, Jaipur tiene el encanto del palacio de los vientos, situado en la ciudad vieja, enteramente pintada de rosa. Alejandrina mención turistica: el palacio de los vientos de la ciudad rosa.

A pesar de Krishna, Jaipur mira al cielo desde el Jantar Mantar que hizo concreta la prosa del enorme Cortázar, como cada instrumento que existe en aquel observatorio astronómico del 1700; donde hay relojes de sol, un horóscopo, instrumentos para medir la altitud solar y otros fenómenos de mega cuerpos. Vaya pasatiempo del rajputa ese.

A 10 kilómetros de Jaipur, una locacion de Bollywood: el Fuerte de Amber. Se repite la extravagancia; pilares y puertas, marmol, sándalo, mosaicos.

La noche antes de irnos de la maraña de Jaipur, fuimos invitados a otro puja; ya no recordamos en honor de quél dios. Krishna nos dejó nuevamente con sus amigos de la noche pasada en un cafe estilo chill out, y no supimos más de él. Después de un par de horas, habia aparecido la pandilla en pleno, hasta el magnate de la noche anterior, que no supimos cómo lo tuvimos sentado a nuestro lado. Todos se despidieron prometiendo que nos veríamos pronto en la supuesta fiesta de esa noche. La última escena comenzaba, luego de un preámbulo el millonario nos contó que viajaría a Madrid en abril, que nos podría tener un trabajo de 800 euros por 3 semanas, 4 horas diarias; en una feria en la que participaría con su compañía. Una feria de joyas, de piedras preciosas; a eso se dedicaba.

Todo encajaba, pero no creímos nada y estiramos el elástico interesándonos por su lujosa vida, y agradeciéndole su consideración. Nos mostramos encantados en contar con él cuando llegáramos a España. Y cuando estábamos a punto de consolidar una amistad de dia y medio, que por su parte era hermandad: "mi casa es tu casa", nos pidio que le ayudáramos con un traslado de piedras hacia Madrid, y que de paso nos ganábamos 5 mil euros cada uno. Eso es pedir un favor!!!!!!.

Por supuesto dijimos que no. Por supuesto que aquella maravillosa persona, ese angel caritativo de Siva que se nos atravesaba en el camino, estaba contándonos algo para lograr otra cosa. Por supuesto nos evadió y no nos dimos cuenta como fuimos intimidados para salir del lugar. Se nos conminó a pagar una cuenta que la cargamos a quien nos invitaba a una y otra, y que en ese momento crucial era parte de la amplia lista de personajes desaparecidos. Justo en la salida reaccionamos, y el lameculos que hizo el trabajo sucio de ir a buscarnos un taxi (¿ o sería uno de los 9 autos en los que nos irian a buscar mas tarde?), se llevó nuestros insultos: fucking people!!!, ¿es tu amigo o es tu jefe?, interrogamos al desgraciado, que se vio protegido por el segurata del bar, que nos dijo que nos fuéramos porque era lo mejor. Sonaba a advertencia mafiosa, eso hicimos.

Calles más tarde, aún no nos convencíamos de lo que había pasado. Extendida una tela de araña cerca de nosotros por manos corruptas de media casta. Al otro día abandonábamos Jaipur, dejándole una nota a Krishna, con el deseo de verlo reencarnado en cucaracha.