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He aquí, el lugar para contar nuestra aventura de viaje por Asia...

Tuesday, February 13, 2007

Jaipur, no creas en Krishnas







Fue por las ventanas del primer autobús con asientos reclinables y espacio para estirar piernas sentadas, que divisamos los primeros camellos en tareas agrícolas, protagonistas de un paisaje árido, teñido por los llamativos tonos de los colores de los vestidos y atuendos femeninos, o los turbantes de los hombres. ¡Camellos como pedros por sus casas!; entrábamos a Jaipur, capital del Rajastán, antiguo reino Rajputa, famoso por sus extravagantes Marahás y más de mil y una noche.

Nos bajamos preparados para el acoso de los caza turistas, al que ya estamos más que acostumbrados, incluso planeamos tácticas y estrategias para evitarlos o evadirlos. Tomamos un "rickshaw de prepago" (tarifa fija, nos ahorramos el ragateo; y suponíamos más confiables), que nos llevó al hostal que le indicamos y que encontramos caro para lo que ofrecía. Entonces, el conductor nos llevo a otro, de unos amigos de él, que resultó ser un hostal de dos habitaciones, administrado por una mujer y su hija adolescente, muy amables.

El conductor se habia presentado como Krishna, dijo que tenía una amiga española en Jaipur, María. También dijo que era estudiante de pintura, que trabajaba de conductoer para pagar esos estudios, que era casado y tenia una hija... esa noche nos invitó a una fiesta tradicional hindú: un puja por Visnu, donde podríamos conocer a María.

Pero esa noche no hubo puja ni Maria alguna, y nuestro amigo desapareció muy temprano. No lo pasamos mal. Estuvimos en la casa de un personaje absurdamente millonario. Nos aseguró tener negocios en distintas capitales de Europa; nos enseñó fotos, nos habló de sus viajes, de sus gustos, de su afición al polo; de su satisfecho cansancio por haber firmado justamente aquella tarde, un negocio de millones de euros. Buen actor el hombre, pero su traje común lo delataba, y su departamento ornamentado con mal gusto. La panda de serviles ruines que lo rodeaban, también lo delataban. Terminamos en una discoteca conversando, invitados a cerveza y envueltos en un exagerado cariño hacia nosotros; nos dejaron en la puerta de nuestro hostal a las 5 de la madrugada.

A pesar de saber que nos mentía, le pedimos al mismo Krishna que nos llevara en su rickshaw al casco antiguo, para evitar el agobio de los vendedores. Y a pesar de él, Jaipur tiene el encanto del palacio de los vientos, situado en la ciudad vieja, enteramente pintada de rosa. Alejandrina mención turistica: el palacio de los vientos de la ciudad rosa.

A pesar de Krishna, Jaipur mira al cielo desde el Jantar Mantar que hizo concreta la prosa del enorme Cortázar, como cada instrumento que existe en aquel observatorio astronómico del 1700; donde hay relojes de sol, un horóscopo, instrumentos para medir la altitud solar y otros fenómenos de mega cuerpos. Vaya pasatiempo del rajputa ese.

A 10 kilómetros de Jaipur, una locacion de Bollywood: el Fuerte de Amber. Se repite la extravagancia; pilares y puertas, marmol, sándalo, mosaicos.

La noche antes de irnos de la maraña de Jaipur, fuimos invitados a otro puja; ya no recordamos en honor de quél dios. Krishna nos dejó nuevamente con sus amigos de la noche pasada en un cafe estilo chill out, y no supimos más de él. Después de un par de horas, habia aparecido la pandilla en pleno, hasta el magnate de la noche anterior, que no supimos cómo lo tuvimos sentado a nuestro lado. Todos se despidieron prometiendo que nos veríamos pronto en la supuesta fiesta de esa noche. La última escena comenzaba, luego de un preámbulo el millonario nos contó que viajaría a Madrid en abril, que nos podría tener un trabajo de 800 euros por 3 semanas, 4 horas diarias; en una feria en la que participaría con su compañía. Una feria de joyas, de piedras preciosas; a eso se dedicaba.

Todo encajaba, pero no creímos nada y estiramos el elástico interesándonos por su lujosa vida, y agradeciéndole su consideración. Nos mostramos encantados en contar con él cuando llegáramos a España. Y cuando estábamos a punto de consolidar una amistad de dia y medio, que por su parte era hermandad: "mi casa es tu casa", nos pidio que le ayudáramos con un traslado de piedras hacia Madrid, y que de paso nos ganábamos 5 mil euros cada uno. Eso es pedir un favor!!!!!!.

Por supuesto dijimos que no. Por supuesto que aquella maravillosa persona, ese angel caritativo de Siva que se nos atravesaba en el camino, estaba contándonos algo para lograr otra cosa. Por supuesto nos evadió y no nos dimos cuenta como fuimos intimidados para salir del lugar. Se nos conminó a pagar una cuenta que la cargamos a quien nos invitaba a una y otra, y que en ese momento crucial era parte de la amplia lista de personajes desaparecidos. Justo en la salida reaccionamos, y el lameculos que hizo el trabajo sucio de ir a buscarnos un taxi (¿ o sería uno de los 9 autos en los que nos irian a buscar mas tarde?), se llevó nuestros insultos: fucking people!!!, ¿es tu amigo o es tu jefe?, interrogamos al desgraciado, que se vio protegido por el segurata del bar, que nos dijo que nos fuéramos porque era lo mejor. Sonaba a advertencia mafiosa, eso hicimos.

Calles más tarde, aún no nos convencíamos de lo que había pasado. Extendida una tela de araña cerca de nosotros por manos corruptas de media casta. Al otro día abandonábamos Jaipur, dejándole una nota a Krishna, con el deseo de verlo reencarnado en cucaracha.

1 Comments:

Blogger Magnolia said...

Huuuuu que paso mis queridos amigos, ya me asustaron con esta historia, hace rato que no podia meterme a leerlos, pero esto ya me dio susto, por fa sepan que los quiero y los quiero vivos y pobres me da lo mismo mientras no tengas que andar entre medios de esos jodidos mafiosos.
Por fa se me cuidan, cariños enormes Carlita.
Evita

1:28 PM  

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