haciaelasia

He aquí, el lugar para contar nuestra aventura de viaje por Asia...

Thursday, March 29, 2007

ultima estacion, Goa, final de trayecto.

Recordamos cuando en los primeros días de viaje pensábamos tener "todo el tiempo del mundo". Ahora es cuando acaba todo ese tiempo. Nuestra semana de las últimas veces comenzó con un viaje en5 buses: Gokarna-Karwar. Karwar-Margao. Margao-Panaji. Panaji-Mapusa. Mapusa-Anjuna. Vaya forma de despedirnos del transporte interurbano indio. Desde Gokarna no hay otra manera de llegar a Anjuna. Parecía una burla, entre pueblo y pueblo bajarse de un autobus para subirse a otro... así todo el dia para instalarnos en la que sería nuestra última casa habitacion en India...

Anjuna es famosa por un gran mercado, donde gastamos nuestras últimas rupias... Lo demás fue últimas horas de playa, últimos tandooris, un paseo por la vieja Goa, que no es más que 4 o 5 iglesias católicas, algunas de ellas muy importantes en la historia de la avanzada asiática de esa religión. La iglesia de Bom Jesus, es un ejemplo, ahí veneran el cuerpo de San Francisco Javier; prócer, misionero y santo. No mucho más que viejas iglesias de las viejas historias portuguesas de la religión de la cruz en India, no mucho más que eso la Vieja Goa. El resto de Goa no mucho más que playas y paisaje rural pernoctado por europeos cool con afán de trance...

Nosotros comenzamos a volver, últimas horas de "todo el tiempo del mundo". Rumbo al norte, hacia Mumbay, específicamente al aeropuerto internacional de Santa Cruz, donde pasaremos el día esperando el avión hacia occidente, el fin de todo nuestro tiempo del mundo...

Thursday, March 22, 2007

mar de fondo





























Otro tren nocturno: Kochi-Kumta, y desde ahi, una hora en autobus hacia Gokarna. Al norte por la costa oeste, sur de Goa, el precioso estado de Karnataka.

Los dias comienzan cerca de las 8 de la mañana: correr por la orilla de la playa antes del desayuno. Mar y ejercicios sobre la arena. Una bebida a media tarde, más playa, o siesta, o lectura en hamaca . Revivimos viejos juegos: el bachillerato, el ahorcado, la dama. Repasamos el repertorio de los 80, un paseo por el pueblo: compras de frutas, sodokus, chapuzones antes y después de cada hora y antes de la cena, miramos el sol caer justo a la puerta de nuestra cabaña. Por la noche continuar las conversaciones holgazanas y juegos, lecturas, planes; todas las alternativas.

Días de culto al ocio con rumor de mar de fondo. Tiempo para mirar cangrejos, gusanos o contar olas, mientras las horas del dia; lánguidamente, tambien desaparecen en la orilla de la playa.
Cada 6 o 7 olas viene una que recoge mar adentro la espuma de las anteriores; y vuelve a empezar un cierto ciclo. Sin embargo, hay variaciones mínimas entre una ola y otra. Parecen iguales, pero no, como nuestros días, alos que les preguntamos: ¿sumergirnos de frente o de espalda?, ¿media hora antes o después de la hamaca?, ¿leche con plátano o jugo de piña?
...ahí nuestras inquietudes, todo depende de la regalada gana, del calor que haga, o la canción que tarareamos por el dia, ("every day is like sunday..." de Morrisey, va convirtiéndose en un himno). Un pájaro pasa volando y modifica el paisaje.

De ningún otro modo se descansa de los trenes y autobuses, del acoso callejero, de nuestras mochilas cada vez mas livianas pero igual de llenas (¿raro no?) . Y de ningún otro modo agobia menos la idea del retorno, que ya nos ronda como única idea siniestra por nuestras cabezas, que tienen mucho, mucho, mucho tiempo para pensar... nos dormimos cansados de esta rutina increiblemente agotadora.
Al otro dia vuelta a empezar; como todo, como las olas...
(Y aparte de un par de dictadores menos, que las guerras siguen sus cursos, que al Scorsesse le dieron el oscar retroactivo por El Padrino; ¿o hizo una película mejor?, algo asi... ¿Nada más ha pasado en ese mundo, allá al otro lado?. Desde aquí parece exactamente eso: no nos perdemos nada)

Wednesday, March 07, 2007

rumbo abajo por arriba...






































Volamos al sur via Indian Airlines. Mumbai - Kochi, ciudad dividida en zona de tierra firme y zona de islas. Centro del estado de Kerala.
El sur es otra India, que conecta más con lo que somos: seres del sur del mundo. El sur es paisajes rodeados de cocoteros, playas, frutas e iglesias que confirman la ascendencia portuguesa de esta zona. Entre los dioses hindúes, imágenes de la virgen Maria, el sagrado corazón de Jesús, o San Francisco Javier. Es la presencia cristiana en los altares de las casas y la ausencia de vacas por las calles, es lo primero que nos llama la atencion de este sur, de esta otra India, la de abajo.
En la orilla del mar se suceden redes de pesca china: antiguo sistema de pesca que detiene el tiempo en remotos siglos cuando se observa. Inmensas redes colocadas en un armatoste de madera que es controlado por 4 o 5 pescadores, que la sumergen primero y luego levantan, para apreciar la buena o mala pesca, la buena o mala suerte. Después, puedes elegir el pescado para que lo frían delante de tus ojos. Eso es lo turístico y lo caro. Lo turístico y barato es ir a comerlo a unas cocinas algunos metros mas lejos de la orilla del mar. Ahi te lo comes sin necesidad de señalarlo con el dedo antes de saborearlo.

Por la noche aplaudimos de pie una presentacion de Katakali; teatro tradicional indio, que representa pasajes de leyendas hindúes, y que se caracteriza por la gestualidad facial y corporal de los actores, sus sofisticados maquillajes y atuendos, y sus coreografias que parecen arte marcial... Maravilloso.

De Kochi a Varkala son 3 horas en un tren, que muestra por las ventanas, paisajes de mar abierto entre bosques interminables de palmeras. Varkala es un acantilado que desde su cumbre, puede apreciarse lo extensa que es la playa que lo baña. La cumbre del acantilado también es un paseo que repetimos 2 o más veces cada día: tiendas de artesania, ropa playera, restaurantes con tentaciones marinas en la carta, y a la vista.

Así, 3 dias puestos al sol a secarnos el mar, una y otra vez, desayunando frente a la panorámica del acantilado: monotonia obsesa de la ola contra la roca; una palmera suelta un coco, un yambé que suena para que lo oigas, y lo compres, folletos informativos de múltiples ofertas: clases de yoga, terapias ayurvédicas, masajes con aceites milagrosos; otros relaxes que conectan cuerpo y mente; exterior con interior; el alma, eso dicen.

El fin de este sur fue embarcarnos desde Allepey hasta Kottayan por serpenteantes aguas entre los alucinantes parajes de los backwater: remansos o brazos de mar por los que puedes ver hombres que pescan sus almuerzos en las puertas de sus casas, otros que van o vienen en canoa, quizás de la compra de la semana o la recoleccion de otros víveres; lujosas casas flotantes para turistas, mujeres que lavan ropas, niños que juegan entre nenúfares revoloteados por exóticas aves o insectos... como quien se sube a un bus interurbano y recorre pueblos, durante 3 horas, fuimos por calles de aguas, canales con paradas en pequeños muelles, donde pasajeros descendían o subian al vehículo. Plácida rutina vista con nuestros ojos de día único.