haciaelasia

He aquí, el lugar para contar nuestra aventura de viaje por Asia...

Tuesday, January 02, 2007

La montana y la foresta, fin de nepal

El bus a Pokhara partió pasadas las 7 de la mañana y comprobamos que la vida en la calle comienza muy temprano (o quizás no termine). Hay quienes ya juegan fútbol a esa hora, o se reunen en grupos a practicar ejercicios de yoga en parques que parecen muladares. El camino fue subir y subir, pasar entre comunidades que viven en las montañas. Las perspectivas cambian de parámetros: si bien katmandú es un valle entre cerros que más bien son montes, las montañas que rodean Pokhara son algunos de los picos más altos del mundo, que se incrustan en el cielo; parece que lo abren. Estas colosales alturas, (que no sabemos cual de todas las fe que por aqui deambulan pueda moverlas ) son un verdadero desafío al ímpetu humano. Paisaje idílico para aventureros del trekking o amantes de deportes aventura. La cumbre mas famosa se llama Annapurna, bello nombre en lengua sanscrita a 8 mil metros de altura, con vista al lago Fewa.

Pero nosotros no estábamos para exigir el físico y el presupuesto, asi que Pokhara lo paseamos tranquilamente, contemplando desde abajo lo que muchos miran desde lo alto. Otra vez nos aliamos a unas bicis para las cuestas arriba, y de paso, visitamos las Devi's fall, en clara sequia. Las postales que muestran estas cataratas en su esplendor, que no vimos por 20 rupias nepalies (30 centimos de euros), las venden a 40 rupias como souvenir...comenzamos a adiestrarnos en el arte del regateo, la cosa es asi: al precio que te den, ofreces la mitad para comenzar el juego, hasta que el interes por la mercancia lo permita.

Pokhara tambien fue un buen lugar para distanciarnos del calendario solar cristiano, que se nos pierde de vista, que no vemos por estar viaje adentro, en otro orden de días, largos y encadenados. Con los dedos sacamos la cuenta para situarnos, para no perder la noción del tiempo, para sacar el pie de ese lado del mundo que observaría perplejo los minibuses con niños de uniforme escolar siendo repartidos en sus casas a media tarde del domingo 24 de diciembre. Hay árboles de navidad en algunos restaurantes y hoteles que se afanan por reproducirle las costumbres a ciertos turistas, que viajan en tiempo y distancia para cumplir las tradiciones que cumplirían en sus propias casas. Hay niños que observan aquellos árboles artificiales, que con sus luces titilantes se asemejan a la idea que pueden tener de alguna nave de otro mundo.
Después de todo, aquella inocencia es una certera verdad: el árbol de navidad lo visita de otro mundo. Creemos que el niño entiende muy poco su presencia, se encandilarácon sus luces; algún día sabrá de pascueros, navidades, consumismos.

Nuestras piernas descansaron del pedaleo y ascendimos oscuros desde las 5 de la mañana, medio en moto, medio caminando a Sarangkot, en busca de la panorámica de Pokhara al amanecer, que el nublado día nos ocultó. Sin embargo, en el camino de vuelta, nos regaló la rutina matinal de la gente que habita aquel monte.

Como decidimos que era hora de cambiar de fauna, nos fuimos al Royal National Park. En esta maravillosa reserva natural vive la comunidad indigena Tharu, en casas de paja y barro en las que estampa sus manos para la buena suerte. En este oriente se celebra la buena suerte, a pulso. LLegamos justo el día de la final de la "Elephant race 2006", pero corrieron más rápido de lo que imaginó nuestro guía y llegamos placé a la entrega de trofeos(que no fué una trompa de oro, ja!). Se mueven lentos estos gigantes, pero entre zancada y zancada el campeón recorrió en 1 minuto y medio unos 200 metros aproximados.

Pasamos dias que incluyeron excursiones por una foresta con coloridos pájaros, monos entre las copas de los árboles y la piel de una serpiente colgada para nuestro asombro entre la neblina matinal (¿dónde habrá ido aquella bicha desnuda...?) ; paseos en canoa por un río que no se cansa de arrastrar lotos abiertos y desde la altura del lomo de un elefante vimos ciervos, cocodrilos y rinocerontes...

Dejamos Chitwan para regresar a la jungla de Katmandú. Ajenos a cumplimiento de condenas dictatoriales a muerte, para dictadores ajenos, rescatamos nuestro dinero que la inflacion convirtió en mucho más de lo que parece (¡¡¡1100 billetes de rupias indias!!!)...para los primeros 3 meses del nuevo 2007...

(accidentados estos ultimos post; hemos perdido archivos fotograficos...y como siempre ante estas desgracias, pensamos que nada mejor que la era analoga...una pena)

1 Comments:

Blogger marcolo said...

Ante este prodigio narrativo, no se si me encuebtro ante el gran Ryszard Kapuscinski en su nuevo relato "ambar" o ante Haruki Murakami por aquello de los nombres orientales con descripciones cotidianas, asi nos hacen sentir vuestras noticias. Sigamos viajando, pues.

12:26 AM  

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